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El blog de hoy está dedicado a los vinos de Jerez y a su cada vez más amplia relación en el mundo de la coctelería. Este verano estuvimos visitando las Bodegas González Byass en Jerez y nos dimos cuenta de los matices y tradición que envuelven a un vino que está volviendo a vivir su edad de oro tras varios años en los que ha estado en la sombra por su poca aceptación entre el gran público.

No podemos hablar de los vinos de Jerez sin nombrar a uno de sus mayores promotores, Don Juan Ruiz Henestrosa, Premio Nacional de Gastronomía de 2015 en la categoría de Mejor Sumiller, quien desarrolla su trabajo en el restaurante con dos estrellas Michelín del chef Angel León, Aponiente, como responsable de sala y experto en vinos. Él mismo sostiene que la comida de Aponiente no se entiende sin los vinos de Jerez, y de hecho, la propuesta de maridaje del restaurante es 100% local tomando como protagonistas manzanillas, amontillados, olorosos o palo cortados, junto con otros vinos de la zona algo más innovadores. Hay muchas cosas que se pueden decir en pocas palabras, y «Nunca te fíes de un pueblo que no bebe su vino» es una de esas frases célebres que el galardonado sumiller utiliza como carta de presentación en sus redes social, poco más cabe que añadir del amor que siente por los vinos que le han acompañado toda su vida.

Tal y como refleja el periodista Albert Solano para El Mundohace más de 3.000 años que se producen vinos en la provincia de Cádiz y tras unos años oscuros relegados a un plano muy inferior al que le corresponde, en España se vuelve a vivir la edad de oro de los vinos de Jerez. Para ello han tenido que contribuir la labor activa del Consejo, así como la apertura de sherry bars y el auge de la gastronomía y la coctelería española. De hecho en el mismo artículo se cita como ingrediente fabuloso a la hora de preparar una versión del cocktail bloody mary el vino de jerez, denominando esta versión del cóctel, bloody sherry. En nuestra coctelería, disponemos de nuestra versión de bloody mary con un toque de vino de Jerez entre nuestras 10 propuestas, y se trata del Bloody Mediterráneo.

Ahora hablemos un poco de nuestra visita a González Byass, una bodega situada en Jerez y que celebró su 175 aniversario en 2010 siendo galardonada como la Mejor Bodega del mundo en el Internacional Wine & Spirit Competition. Los inicios de todo gran lugar o evento se inicia con pequeños detalles, gestios y acciones, y eso fue lo que llevó a cabo un joven emprendedor llamado Don Manuel María González Ángel que para rehacerse de un fracaso empresarial hizo llegar a Inglaterra diez botas de vino, y dos o tres años después ya se encontraba volcado en el negocio de los vinos abriendo en 1838 la compañía «González y Dubosc» junto con dos socios. En 1855 se implica a un tercer socio que hasta entonces era un comercial inglés, Don Robert Blake Byass, nombrándolo como agente en exclusiva para Inglaterra y renombrando a la empresa «González, Dubosc y compañía», se encargaron de abrir mercado hasta encontrarse como empresa líder en exportación en 1856, manteniendo esa posición durante más de 20 años. Tras el fallecimiento de Dubosc en 1863, nació «González y Byass» y tras la introducción de nuevos socios, pasó a ser la que es a día de hoy «González Byass y compañía». En el año 2001 la citada bodega adquirió la bodega Croft de la multinacional Diageo, y en 2014 llegó a un acuerdo con la multinacional filipina Emperador para producir juntos brandy en España. De hecho, en 2016 ha recibido el Premio a la Innovación Agroalimentaria.

La técnica que se lleva a cabo en los vinos de Jerez es la «solera» que permite que el vino de todos los años tenga el mismo sabor y por tanto, no se identifiquen las añadas de cada vendimia y/o botella. Esta técnica consiste en mezclar las diferentes añadas de parte del piso más alto de los barriles al segundo, y del segundo piso de barriles al último, haciendo que de este modo nunca los barriles estén vacíos y no se pueda identificar la añada del vino que hay en cada una de las botas. El vino más famoso de la bodega es «Tío Pepe», conocido en el mundo entero, y que fue nombrado así por la figura de un tío del fundador que todos conocían como una persona muy agradable y simpática que pasaba largos ratos dentro de la bodega y que era un gran aficionado del vino y el flamenco, por el cariño que el fundador le tenía a su familiar, bautizó a su vino como Tío Pepe y posteriormente ha sido la idea principal para diseñar el logo de la marca que ha dado la vuelta al mundo, una botella con chaquetilla, sombrero y una guitarra.

La Bodega González Byass es mucho más que vinos de Jerez, debemos indicar que además de este tipo de vinos desarrolla la actividad de Viñas del Vero, Beronia, Vilarnau y Finca Constancia, así como la comercialización de destilados como el brandy jerezano de las marcas Lepanto, Insuperable y Soberano, el whisky jerezano Nomad, entre otros destilados muy utilizados en la coctelería.

La bodega es una visita más que recomendada por su paisajismo cargado de autenticidad de la tierra en la que se encuentra y por lo didáctico de la visita que ayuda a entender muchas de las grandes cosas que se hicieron cuando no existían ni móviles, ni internet, ni muchas de estas modernidades de las que nos hemos vuelto totalmente dependientes. Las calles de la bodega tienen un hecho de parras que da la sombra que se necesita para mantener un ambiente fresco en el sur, así como para alejar a las abejas al ser una variedad de uva ácida.

Para acabar este post, queremos recomendaros que la próxima vez que nos visitéis en nuestra coctelería os atreváis a probar un poquito del aporte que hacen estos vinos tan especiales al mundo de la coctelería mediante nuestro Bloody Mediterráneo. 

¡Larga vida a los vinos españoles para que den la vuelta al mundo!