No es de extrañar que el principal motivo de viaje de los españoles sea el ocio. Tanto como si nos quedamos dentro del país como si vamos a uno de extranjero, los españoles tendimos a viajar por placer y lo que ello conlleva: ir de tapeo o comer en un buen restaurante y después ir a tomar unas copas.
Pero… ¿de dónde viene la palabra ocio?
El ocio es un término que proviene del latín otium. Originalmente daba la idea de retirarse de un negocio o de determinados asuntos para poder participar en actividades que se consideraban artísticamente valiosas o ilustrativas como, por ejemplo, la escritura, la filosofía o el debate.
En la actualidad, el ocio es el conjunto de ocupaciones a las que cada uno decide entregarse de manera voluntaria tras haber terminado sus obligaciones laborales y familiares para descansar, divertirse, realizar acciones de voluntariado, desarrollarse a nivel personal o profesional… es aquel tiempo que empleamos para hacer lo que nos apetece.
La importancia del ocio
Muchas tardes vemos en los bares distintos grupos de amigos que comparten su día a día, charlan de sus inquietudes y preocupaciones, sus alegrías, sus penas… en definitiva, se relacionan los unos con los otros. Y es que los bares y restaurantes funcionan como punto de encuentro, son una herramienta de socialización.
La mayoría de celebraciones de nuestra vida: el nacimiento de un hijo, la comunión, una boda, un reencuentro entre amigos… pasan en un bar o restaurante. ¿Te has parado a pensar cuanto tiempo de tu vida pasas en un bar? Seguro que la mayoría de los días más importantes de tu vida han ocurrido allí.
Además, muchos de nosotros frecuentamos en el mismo bar, tenemos nuestro rinconcito dentro de este espacio y el camarero representa nuestro confidente, alguien a quien contar nuestras historias. Los barmans o camareros tienen este sexto sentido de saber escuchar a sus clientes cuando ellos lo necesitan.
El ocio ha sido, es y será siempre una forma de relacionarnos los unos con los otros para compartir nuestro tiempo más preciado dedicándolo a hacer aquello que tanto nos gusta.
¡Por muchos años más de ocio!